Dirección y guión: Michael Moore.
Puntuación: 9/10
Género: Documental
País: EEUU
Duración: 113 min.
Año: 2007
Es la segunda vez que veo esta peli.
La primera fue bastante reciente a su salida, en julio de 2007.
La segunda fue hace 1 semana. No lo tenía pensado, pero casualmente encontré un link para verla íntegramente online, y bueno... (dejo los links al final, como siempre)
Y al igual que la primera vez, en esta ocasión me quedé con un sabor agridulce.
Por un lado, tuve la sensación de que no estamos tan mal en lo referente a nuestro sistema de salud, al menos comparándonos con EEUU y más aún si consideramos que esta nación es la más rica del mundo. Yo diría que estamos en un término medio entre EEUU y Cuba o Francia, según se ve en Sicko.
Por otro lado, también siento que paulatinamente y lamentablemente vamos encaminándonos a un sistema tan malo como el de los EEUU (aunque afortunadamente siento que estamos lejos), porque cada vez más, nos parece justo y adecuado pagar por nuestra salud.
Si bien los estudios y análisis básicos están cubiertos gratuitamente, ya sea por la salud privada o pública, los planes de las empresas de medicina prepaga privada varían en calidad dependiendo de los ingresos de cada persona.
Para completar este panorama, en el que tiene mejor acceso a buenos planes de salud el que puede pagar mas, en diciembre de 2007, el jefe del gobierno porteño, Mauricio Macri, promulgaba un sistema de preferencias en los hospitales públicos, el cual imponía que los ciudadanos de la Provincia de Buenos Aires tenían menor prioridad ante un par de la Ciudad de Buenos Aires (http://www.perfil.com/contenidos/2007/12/24/noticia_0032.html).
Este tipo de medidas lisa y llanamente racistas y discriminadoras, no hacen más que seguir ahondando la brecha ya existente entre los que más tienen y los que menos tienen. Porque la salud es un derecho, y como tal, debe ser garantizado por el estado, no puede brindarse de acuerdo al lugar dónde reside el paciente, más aún, si hablamos de un hospital público.
A veces siento que perdemos el foco de todo esto. No quiero ser utópico esta vez, entiendo que (lamentablemente) la salud es un negocio, ok!, ya ni siquiera aspiro a que no lo sea; pero al menos si los empresarios de la salud (y de todas las áreas en general) dejaran de ser tan ambiciosos, quizás pudiesen entender que se ponen en juego vidas humanas y que tienen en sus manos el poder de hacer mucho bien. Quiero más solidaridad (no caridad), humildad, austeridad y sobretodo más conciencia social. Perdón, ya se, como siempre estoy pidiendo mucho.
Volviendo a Sicko, la peli ofrece su particular enfoque del sistema de salud de EEUU, poniendo énfasis en la crítica a las grandes compañías de servicios de salud estadounidenses a través de casos particulares, justificados siempre con estadísticas y comparaciones con otros sistemas de salud de otros países.
A través de su blog, Michael Moore solicitó que le enviaran historias de (des)atención en los sistemas de salud, y a partir de estas comenzó con la investigación que dio como resultado Sicko.
El documental es ampliamente satisfactorio. Sicko no abunda en golpes bajos (un lugar común y fácil de explotar cuando se cuentan historias el tipo de las contadas en el documental) y además parece justificar con creces todo lo que se afirma, porque más allá de la subjetividad lógica que refleja la opinión del realizador, las casi 2 horas de investigación son creíbles y no parece que tengan la intención de manipular.
Otro punto a favor es la rápida pero efectiva reseña histórica que se realiza para contextualizar el gran negociado de la salud, siempre utilizando un tono sarcástico e irónico que ayuda a descontracturar y le da un tono de comedia a algo que es ciertamente dramático y lamentable.
Una vez demostrada la porquería que es el sistema de salud americano, cuando comencé a preguntarme cómo es posible que el país más rico del mundo tenga un sistema de salud tan desigual y desalmado, el ritmo vertiginoso de Sicko hizo que focalizara mi atención en las comparaciones, porque Micheal Moore se aboca a charlar con la gente, pacientes y médicos de otros países como Canadá, Inglaterra y Francia.
Hasta que llega el momento esperado y previsible, la comparación con Cuba. Así es que Michael Moore junto a un grupo de rescatistas voluntarios del 11/9/2001 olvidados y maltratados en EEUU (previo pasaje por Guantánamo) desembarcan en La Habana. Y la verdad, que las escenas emocionan, cómo es posible que gente tan humilde se brinde por completo sin importar las rivalidades históricas, sin pedir nada a cambio y por el simple hecho de ser solidario, aún con la gente que de una u otra manera, indirectamente o no, ha colaborado al empobrecimiento y opresión de Cuba.
Con las primeras comparaciones (Canadá, Inglaterra, Francia) podemos pensar que con recursos y una buena administración se puede tener un sistema de salud digno, y a veces bastante más que eso, porque en Francia pareciera ser la panacea. Pero sin recursos, ¿cómo hacer?, con una historia de pobreza y de hambre, también se puede. Cuba pudo en poco tiempo y desde cero, y sin dudas es admirable.
Por último, y esto tiene que ver más con una experiencia personal que poco tiene que ver con este documental, quiero reseñar algo que útimamente me sucede con mucha frecuencia y en diferentes ámbitos sociales, y que he decidido llamar "corrimiento", pero seguro que alguien lo ha llamado de otra forma y existen miles de estudios y teorías de esto. (si, si, no soy muy innovador)
Consiste en lo siguiente, he notado que cuando doy una opinión sobre algún tema, por ejemplo el sistema de salud ya que estamos con Sicko, rápidamente se me tilda de comunista, zurdito o algún otro adjetivo similar y mi argumento queda automáticamente sin efecto y descalificado para esa(s) persona(s). Sin embargo, yo creo que las opiniones a las que me refiero tienen más que ver con el sentido común que con una corriente ideológica. O sea, nunca planteo que se nacionalice la banca, que se deje de pagar la deuda externa, que se haga una reforma agraria para repartir la tierra (Dios me libre y me guarde de tamañas atrocidades =)).
Como lo decía al principio de este comentario, no parece muy razonable que en un hospital público de la Ciudad de Buenos Aires se priorice a los capitalinos sobre los provincianos, para mi eso es un retroceso en la evolución de la humanidad. Hablando de involuciones y abordando otro tema de moda, la inseguridad, tampoco me parece de sentido común que cualquier ciudadano pueda andar armado disparando por ahí a cualquiera para protegerse de supuestos ataques.
Me da la impresión que estas son opiniones de sentido común, que implican respeto a reglas básicas necesarias para convivir en una sociedad.
Sin embargo, todo parece estar tan corrido hacia la derecha, que una simple opinión relacionada con el sentido común parece de ultra izquierda, y este fino y lento trabajo de "corrimiento" viene de la mano del sistema en el que vivimos, de este consumismo devorador que más que vaciar los bolsillos, vacía las cabezas.
Bueno dejando atrás este párrafo tan subjetivo e intolerante como acostumbro, creo que lo mejor es que el propio Michael Moore defina su película: "Si la gente pregunta, díganles que Sicko es una comedia acerca de los 45 millones de personas sin salud pública del país más rico de La Tierra".
La primera fue bastante reciente a su salida, en julio de 2007.
La segunda fue hace 1 semana. No lo tenía pensado, pero casualmente encontré un link para verla íntegramente online, y bueno... (dejo los links al final, como siempre)
Y al igual que la primera vez, en esta ocasión me quedé con un sabor agridulce.
Por un lado, tuve la sensación de que no estamos tan mal en lo referente a nuestro sistema de salud, al menos comparándonos con EEUU y más aún si consideramos que esta nación es la más rica del mundo. Yo diría que estamos en un término medio entre EEUU y Cuba o Francia, según se ve en Sicko.
Por otro lado, también siento que paulatinamente y lamentablemente vamos encaminándonos a un sistema tan malo como el de los EEUU (aunque afortunadamente siento que estamos lejos), porque cada vez más, nos parece justo y adecuado pagar por nuestra salud.
Si bien los estudios y análisis básicos están cubiertos gratuitamente, ya sea por la salud privada o pública, los planes de las empresas de medicina prepaga privada varían en calidad dependiendo de los ingresos de cada persona.
Para completar este panorama, en el que tiene mejor acceso a buenos planes de salud el que puede pagar mas, en diciembre de 2007, el jefe del gobierno porteño, Mauricio Macri, promulgaba un sistema de preferencias en los hospitales públicos, el cual imponía que los ciudadanos de la Provincia de Buenos Aires tenían menor prioridad ante un par de la Ciudad de Buenos Aires (http://www.perfil.com/contenidos/2007/12/24/noticia_0032.html).
Este tipo de medidas lisa y llanamente racistas y discriminadoras, no hacen más que seguir ahondando la brecha ya existente entre los que más tienen y los que menos tienen. Porque la salud es un derecho, y como tal, debe ser garantizado por el estado, no puede brindarse de acuerdo al lugar dónde reside el paciente, más aún, si hablamos de un hospital público.
A veces siento que perdemos el foco de todo esto. No quiero ser utópico esta vez, entiendo que (lamentablemente) la salud es un negocio, ok!, ya ni siquiera aspiro a que no lo sea; pero al menos si los empresarios de la salud (y de todas las áreas en general) dejaran de ser tan ambiciosos, quizás pudiesen entender que se ponen en juego vidas humanas y que tienen en sus manos el poder de hacer mucho bien. Quiero más solidaridad (no caridad), humildad, austeridad y sobretodo más conciencia social. Perdón, ya se, como siempre estoy pidiendo mucho.
Volviendo a Sicko, la peli ofrece su particular enfoque del sistema de salud de EEUU, poniendo énfasis en la crítica a las grandes compañías de servicios de salud estadounidenses a través de casos particulares, justificados siempre con estadísticas y comparaciones con otros sistemas de salud de otros países.
A través de su blog, Michael Moore solicitó que le enviaran historias de (des)atención en los sistemas de salud, y a partir de estas comenzó con la investigación que dio como resultado Sicko.
El documental es ampliamente satisfactorio. Sicko no abunda en golpes bajos (un lugar común y fácil de explotar cuando se cuentan historias el tipo de las contadas en el documental) y además parece justificar con creces todo lo que se afirma, porque más allá de la subjetividad lógica que refleja la opinión del realizador, las casi 2 horas de investigación son creíbles y no parece que tengan la intención de manipular.
Otro punto a favor es la rápida pero efectiva reseña histórica que se realiza para contextualizar el gran negociado de la salud, siempre utilizando un tono sarcástico e irónico que ayuda a descontracturar y le da un tono de comedia a algo que es ciertamente dramático y lamentable.
Una vez demostrada la porquería que es el sistema de salud americano, cuando comencé a preguntarme cómo es posible que el país más rico del mundo tenga un sistema de salud tan desigual y desalmado, el ritmo vertiginoso de Sicko hizo que focalizara mi atención en las comparaciones, porque Micheal Moore se aboca a charlar con la gente, pacientes y médicos de otros países como Canadá, Inglaterra y Francia.
Hasta que llega el momento esperado y previsible, la comparación con Cuba. Así es que Michael Moore junto a un grupo de rescatistas voluntarios del 11/9/2001 olvidados y maltratados en EEUU (previo pasaje por Guantánamo) desembarcan en La Habana. Y la verdad, que las escenas emocionan, cómo es posible que gente tan humilde se brinde por completo sin importar las rivalidades históricas, sin pedir nada a cambio y por el simple hecho de ser solidario, aún con la gente que de una u otra manera, indirectamente o no, ha colaborado al empobrecimiento y opresión de Cuba.
Con las primeras comparaciones (Canadá, Inglaterra, Francia) podemos pensar que con recursos y una buena administración se puede tener un sistema de salud digno, y a veces bastante más que eso, porque en Francia pareciera ser la panacea. Pero sin recursos, ¿cómo hacer?, con una historia de pobreza y de hambre, también se puede. Cuba pudo en poco tiempo y desde cero, y sin dudas es admirable.
Por último, y esto tiene que ver más con una experiencia personal que poco tiene que ver con este documental, quiero reseñar algo que útimamente me sucede con mucha frecuencia y en diferentes ámbitos sociales, y que he decidido llamar "corrimiento", pero seguro que alguien lo ha llamado de otra forma y existen miles de estudios y teorías de esto. (si, si, no soy muy innovador)
Consiste en lo siguiente, he notado que cuando doy una opinión sobre algún tema, por ejemplo el sistema de salud ya que estamos con Sicko, rápidamente se me tilda de comunista, zurdito o algún otro adjetivo similar y mi argumento queda automáticamente sin efecto y descalificado para esa(s) persona(s). Sin embargo, yo creo que las opiniones a las que me refiero tienen más que ver con el sentido común que con una corriente ideológica. O sea, nunca planteo que se nacionalice la banca, que se deje de pagar la deuda externa, que se haga una reforma agraria para repartir la tierra (Dios me libre y me guarde de tamañas atrocidades =)).
Como lo decía al principio de este comentario, no parece muy razonable que en un hospital público de la Ciudad de Buenos Aires se priorice a los capitalinos sobre los provincianos, para mi eso es un retroceso en la evolución de la humanidad. Hablando de involuciones y abordando otro tema de moda, la inseguridad, tampoco me parece de sentido común que cualquier ciudadano pueda andar armado disparando por ahí a cualquiera para protegerse de supuestos ataques.
Me da la impresión que estas son opiniones de sentido común, que implican respeto a reglas básicas necesarias para convivir en una sociedad.
Sin embargo, todo parece estar tan corrido hacia la derecha, que una simple opinión relacionada con el sentido común parece de ultra izquierda, y este fino y lento trabajo de "corrimiento" viene de la mano del sistema en el que vivimos, de este consumismo devorador que más que vaciar los bolsillos, vacía las cabezas.
Bueno dejando atrás este párrafo tan subjetivo e intolerante como acostumbro, creo que lo mejor es que el propio Michael Moore defina su película: "Si la gente pregunta, díganles que Sicko es una comedia acerca de los 45 millones de personas sin salud pública del país más rico de La Tierra".
Sicko íntegramente on line
http://www.megavideo.com/?v=XIJ1J2N5
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Trailer de Sicko
2 comentarios:
Hola! Sííí, you estoy de acuerdo con el comentario de la peli y también con la 'teoría del corrimiento', es un muy buen nombre!
(Pero sigo pensando que 'No country for old men' es muy mala)=)
Leti
Para variar concuerdo!
Cada vez está todo más corrido y no para el lado que nos gustaría ...
Por otro lado sobre la peli, me gustó que no aplicó muchos golpes bajos (aunque hubo un par) al tratar a los enfermos o a las familias de los que habían muerto por falta de atención.
Cada día que pasa me dan menos ganas de volver a EEUU, cada día que pasa me indigno más de que ESE país tenga tanto control sobre el resto y haga lo que quiera con ellos... en fin...
Una sola cosa quiero decir que no me gustó y es lo parcial de la manera de narrar y mostrar los hechos ya que en Cuba a los extranjeros sí les cobran, ahora la diferencia es que en Cuba cobran a un precio justo a los extranjeros mientras que a los nativos les sale gratis y en EEUU intentan que los enfermos mueran para tener menos costos ni hablar del trato que recibiría por ejemplo un cubano.
Triste realmente que haya gente tan estupidizada con ese país...
La peli muy buena, como suelen ser las del Michae Moore.
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